El momento de empezar a caminar es uno de los más especiales en el desarrollo del bebé y, para papá y mamá, una experiencia inolvidable. Sin embargo, a partir de ese dulce momento, hay que prepararse para otra “gran experiencia”, el hecho de que el adorable bebé podrá moverse solo por la casa, y ya no se quedará quietito ni un segundo.
Al principio el niño se caerá continuamente. Los padres no deben alarmarse cada vez que esto pase, ya que la mayoría de las veces no pasa nada. Aunque sí deben poner cuidado a las esquinas de los muebles con los que pueda tropezar.
Aquí algunos consejos para ayudar a que sus musculos se hagan más fuerte:
Ayudarle a dar pasos hacia adelante tomándolo de las dos manitas y empujándolo hacia delante poco a poco.
Ponerlo de pie sin apoyo ofreciéndole un juguete de manera que sólo puede alcanzarlo poniéndose de pie.
Enseñarle a que abra y cierre un cajón. Dejando que lo llene de juguetes, los saque y los vuelva a meter. El niño intentará ponerse de pie para abrirlo.
Primeros zapatos
Lo que si debería preocupar a los padres es la elección del calzado mas adecuado para cuando empiece a desplazarse sobre sus pies. De hecho, durante sus primeros 11 meses la condición mas natural es la de andar descalzo; los zapatos, e incluso los calcetines, no son absolutamente indispensable, salvo para resguardarlo del frío, la humedad o posibles lesiones, pero dejando siempre libertad de movimiento a sus pies. Estos, que se encuentran en una etapa de crecimiento rápido, se ven sometidos a cargas no habituales. “Si no se les proporciona un calzado adecuado a los chicos se pueden dañar unos pies que han nacido sanos. Y si esto ocurre cuando da sus primeros pasos, tendrá que sufrirlo el resto de su vida”.
Nuestros pies son una sofisticada obra de ingeniería biológica, con sus 28 huesos, sus 33 articulaciones y una compleja red de más de 100 tendones, músculos y ligamentos, tienen que recorrer un largo camino con nosotros y llevarnos a cuestas. Y para que la travesía discurra sin problemas, conviene cuidarlos, especialmente al principio, cuando son tan moldeables y, por lo tanto, fácilmente deformables.
Consejos para elegir los zapatos adecuados
Cuando el bebé no camina, no es necesario que lleve zapatos, pero cuando empieza a mantenerse en pie, antes incluso de que empiece a caminar, es importante escoger el zapato más adecuado para ayudarle a dar sus primeros pasos.
Es muy importante la suela, procurar que sea de caucho o goma y que tenga algún grabado para evitar los resbalones. Mucho mejor si tienen cierre, puede ser con velcro, que es muy cómodo, con hebillas o cordones.
Respecto a la forma, es importante que se adapten a su pie, que no sean puntiagudos, no le queden apretados, ni demasiado holgados. Es recomendable que sean un centímetro más grande que el pie del niño y revisarlos regularmente para comprobar que no le quedan pequeños.